Montenegro, el escondido tesoro de los Balcanes, aguarda en mayo con un clima templado, ideal para una experiencia en grupo inolvidable. En este viaje, se recorren joyas naturales y culturales, comenzando por la vibrante Podgorica, puerta de entrada a un país de contrastes.
El Parque Nacional Durmitor será una de nuestras primeras paradas, un lugar donde la naturaleza se muestra en todo su esplendor con senderos serpenteantes entre bosques y lagos. No menos impresionante es el Cañón de Tara, donde el río se abre paso entre imponentes acantilados.
Kolasin, más al norte, destaca por su encanto rústico. Aquí, el senderismo se convierte en una experiencia inmersiva en la naturaleza. Siguiendo la ruta, el Parque Nacional Lovcen y el histórico Cetinje revelan la rica historia y cultura montenegrina.
Las Bocas de Kotor, un espectáculo de belleza natural donde antiguos pueblos costeros como Perast y la isla de Sveti Stefan invitan a la contemplación y el descanso.
El viaje culmina en el Lago Skadar, el más grande del sureste de Europa, es un santuario natural donde se pueden llegar a avistar aves raras y disfrutar de un paseo en barco.
Este periplo por Montenegro, más allá de ser un viaje, es una invitación a sumergirse en la esencia de un país de belleza indescriptible. Cada día trae consigo un nuevo descubrimiento, una nueva aventura, creando recuerdos que perdurarán mucho después de haber vuelto a casa.
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