Volvemos a Eslovenia en el despertar de la primavera, combinando recorridos de naturaleza con una antigua tradición eslovena, sus baños termales.
Eslovenia es un país con una extraordinaria diversidad. Los Alpes Julianos dominan los vastos paisajes del norte, la campiña los paisajes del centro y del sur junto a extensos bosques para llegar a una preciosa y recortada costa que se abre al mar Adriático.
Las antiguas civilizaciones y su pasado austrohúngaro nos han dejado un importante legado monumental. Preciosas ciudades como Ljubljana, animada durante todo el año. La bahía de Capodistria, con el encanto del medieval de Piran y pueblos de bucólica arquitectura desperdigados entre valles y montañas. Diferentes espacios protegidos como el Parque Nacional del Triglav y el Paisaje natural de Strunjan, dan cobijo a una variada fauna. La región del Karst, con sus numerosas cuevas y desfiladeros es de fama mundial en el mundo de la geología. En la primera parte del viaje nos alojamos en Bled, a orillas de un lago y al pie de los Alpes. Aquí, haremos algunas excursiones por sus senderos, para después continuar por Ljubljana, conociendo el famoso Castillo de Prediama y las Cuevas de Postojona. Por último, bajaremos hasta el bello pueblo costero de Piran. En fin, toda una gama de propuestas activas y relajantes para disfrutar de una Semana Santa especial.
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