Viajar a Corea del Sur es sumergirse en un contraste fascinante entre tradición milenaria y modernidad vibrante. Desde la majestuosidad del Palacio Gyeongbokgung hasta los delicados templos budistas como Jogyesa, Seúl se despliega como un escenario vivo de historia y espiritualidad. La energía se renueva en el mercado de Gwangjang y se eleva en la icónica N Seoul Tower, con vistas que quitan el aliento. 

En Jeju, la naturaleza volcánica, las legendarias mujeres buceadoras y senderos costeros como Handam Trail te conectan con el alma isleña. El viaje sigue hacia Busan, entre templos frente al mar como Haedong Yonggungsa, y barrios llenos de color como Gamcheon Culture Village. Gastronomía, cultura y paisajes se entrelazan en cada paso. Corea no se visita, se vive.