Bajo el sol de junio, cruzamos el umbral de lo divino, desde Delhi hasta el corazón palpitante de Ladakh. Cada destino de nuestro itinerario es un capítulo de un relato mayor, una invitación a sumergirnos en la inmensidad del Himalaya y descubrir la serenidad que habita en su corazón.
Nuestro viaje comienza una vez lleguemos a Delhi, avanzando hacia el norte, hasta el alma de Ladakh. En Leh, el aire se teje con plegarias y el eco de festividades ancestrales. La celebración en el Monasterio Hemis nos envuelve en un torbellino de colores y fe, mientras que el Palacio Stok se alza, narrando la historia de reyes y reinas de eras pasadas. En el Monasterio de Takthok, las antiguas enseñanzas resuenan entre paredes que han resistido el paso del tiempo. El festival Chemday nos invita a ser parte de un legado cultural vibrante, uniendo nuestros espíritus con los danzantes enmascarados. Alchi, con sus frescos milenarios, y Lamayuru, apodado el oasis lunar, nos revelan la profundidad de la espiritualidad budista. Nuestro viaje nos lleva a través del Valle de Nubra, donde los ríos serpentean entre dunas y montañas, ofreciendo un espectáculo de la naturaleza en su máxima expresión.
Este viaje no es solo un recorrido por lugares; es una peregrinación hacia nuestro interior, guiada por la majestuosidad de Ladakh.
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