El día en el que Bush perdió su reloj

El día en el que Bush perdió su reloj

Iliar Mati tiene 63 años pero por su forma física, cultura y conversación aparentan un joven que está empezando a comerse el mundo. 

Iliar fue oficial de la Marina de Guerra de Albania. Su padre fue Almirante y él, al mando de un submarino, llegó a Coronel hasta que se retiró hace ahora 20 años. Vivió en la Marina los años de la Albania comunista de Enver Hoxa. Nada, ni en sus formas, ni en su amplia y abierta cultura puede hacer pensar que este hombre es un veterano militar del que fue uno de los países más herméticos del mundo. En los primeros años de apertura del país, Iliar comenzó a dedicarse al turismo. Después vino el periodismo, trabajando en la actualidad en una cadena de TV privada. Iliar es un libro abierto, en perfecto italiano nos va inundando de informaciones sobre política, cultura, economía, geografía, historia y anécdotas de sus “amoríos”, y todo ello de una forma divertida y genial. Después de un buen paseo por los bosques del Dajti, la montaña que preside la capital Tirana, bajábamos por la avenida “George Bush”. Iliar nos vuelve a sorprender: Cuando hace unos años el Presidente Bush visitó Tirana, nos dice, el gobierno albanés estaba preocupado por el recibimiento que le haría el pueblo. El gobierno acotó la zona del centro y se preocupó de buscar a unos 2000 albaneses, hombres, mujeres, ancianos y niños para vitorear a la nueva “amistad” albanesa. Llegó Bush con su comitiva y el populacho aclamaba al nuevo “jefe”. Bush comenzó a sentirse a gusto, nos decía Iliar con sorna, e hizo algo que siempre le gustaba, quitarse la chaqueta, como buen tejano, y dejarse saludar por el pueblo. Comenzó a dar la mano a todo el mundo, acariciar a los niños y dar palmaditas a los mayores. La TV de Iliar estaba cubriendo en directo el acontecimiento y, de pronto, Iliar observa como de la muñeca de Bush desaparece su reloj. Iliar reacciona rápidamente. Rebobina y ve dos escenas diferentes, una con reloj y al segundo otra sin él. Un pícaro y astuto albanés le había robado el reloj al “emperador”. Las imágenes dieron la vuelta al mundo y la TV de Iliar vendió el reportaje a todas las cadenas. Bush se marchó bautizando una avenida pero se fue sin su reloj, nos decía con una amplia sonrisa, el cachondo de Iliar.

Tirana, Albania. Junio de 2012.

Jerez, Febrero 2016.

© Faustino Rodríguez Quintanilla, textos y fotos.

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