Quijarro es “the absolut the end”, como dirían algunos británicos, para señalar irónicamente, “el final de todo”. Una ciudad a la deriva en la frontera de Bolivia con Brasil, un lugar remoto, lejos de cualquier sitio, un lugar para no caerse ni muerto (anoto en mi diario).
Quijarro es la “no man land”, “the absolut the end”, como dirían algunos británicos, para señalar irónicamente, “el final de todo”.
Quijarro es la “no mans land”, “the absolute end”, como dirían algunos británicos, para señalar irónicamente, “el final de todo”.
Toda la noche ha rugido el viento y ha estado nevando. A la una de la madrugada nos llama Evaristo, nuestro guía de alta montaña.