Llevábamos varios días navegando por el Amazonas, en los territorios de la “Triple Frontera”, la zona geográfica donde se unen Perú, Brasil y Colombia. Nuestra embarcación a la que habíamos bautizado con el nombre de “Jacaré del Amazonas” se deslizaba plácida por las zonas más remotas del río.
Es madrugada, el "Golfinho" –así se llama nuestro barco– navega aguas arriba del Amazonas. Todo está oscuro y siniestro, el río como siempre, voluptuoso e impredecible, se desliza como una culebra gigante sobre la selva densa y musculosa.
Navegamos río de arriba de la cabaña Sacambú. Grandes nubes algodonosas que escalan hacia el azul. Algo te dice en tu interior que detrás de aquélla curva del río va a aparecer algo diferente, una ciudad, un pueblo, quizás un puertecillo…, pero llegamos y aparece a lo lejos otra curva más, selva y más selva, árboles musculosos y gigantes como titanes, lagunas escondidas y una maraña que parece querer engullirte.
Habíamos cruzado los Andes en un autobús de locura, en donde sientes realmente que te la puedes pegar en cada curva y donde la vida vale muy poco….
Baños es una agradable ciudad tropical situada al pie del volcán Tungurahua y junto al río Pastaza, afluente del río Napo, aquel que navegara el célebre conquistador español llamado Francisco de Orellana, y a su vez uno de los grandes tributarios del Amazonas.