Gilberto, “Don Gil” es un joven indio que vende bisutería en San Cristóbal de las Casas.
Gilberto es simpatizante del EZLN y de su causa, un romántico empedernido y un nómada. El Ejército Zapatista de Liberación Nacional puso a Chiapas en el plano internacional hace ahora 24 años. Los acuerdos de Méjico con Mercosur fueron el detonante para poner en pie de guerra a toda una región. Los indígenas olvidados, al frente del subcomandante Marcos, se alzaron contra la opresión. 24 años más tarde no queda mucho de aquélla última “Revolución romántica”. La iconografía idealizada de aquéllos años si cuelga en muchos bares y pubs de San Cristóbal junto a los carteles de los desaparecidos de Méjico, ahora como antes.Gilberto va a ser nuestro guía en la selva Lacandona. Durante unos días nos adentramos en un paisaje salvaje y maravilloso, viajamos en camiones y a pie, atravesamos ríos y ciénagas, conocimos olvidados asentamientos Mayas, comimos armadillo y arroz con frijoles, dormimos en poblados zapatistas, nos llenamos de lodo y de vida… llegando hasta la escondida laguna Miramar, en la reserva integral de los Montes Azules. Una mañana, al bajar del “chinchorro”, Don Gil me dijo: - esta noche apenas he dormido, señor. El “zancudo” venía y se iba, a veces venía, a veces se iba… tronaba y caía el agua a cántaros…¡pura aventurota! Sr. Faustino. Menos mal que ustedes son unos “volcánicos”. Don Gil, tan Méjico.Selva Lacandona, Chiapas. México. Noviembre 2015.Jerez, diciembre 2020.Texto y fotos © Faustino Rodríguez Quintanilla.