Llevábamos varios días navegando por el Amazonas, en los territorios de la “Triple Frontera”, la zona geográfica donde se unen Perú, Brasil y Colombia. Nuestra embarcación a la que habíamos bautizado con el nombre de “Jacaré del Amazonas” se deslizaba plácida por las zonas más remotas del río.
Navegamos río de arriba de la cabaña Sacambú. Grandes nubes algodonosas que escalan hacia el azul. Algo te dice en tu interior que detrás de aquélla curva del río va a aparecer algo diferente, una ciudad, un pueblo, quizás un puertecillo…, pero llegamos y aparece a lo lejos otra curva más, selva y más selva, árboles musculosos y gigantes como titanes, lagunas escondidas y una maraña que parece querer engullirte.
El pasado mes de Noviembre estuvimos recorriendo México, sus populosas ciudades, montañas, volcanes… para terminar al final en la selva Lacandona, en Chiapas. Aquí os traigo una nueva entrega de esos cuadernos de viaje que sabéis que confecciono. Se trata de la primera parte, pues un mes de viaje da para muchas anotaciones, dibujos y borrones...
Vuelvo con una nueva entrega de "mis cuadernos de viaje". Esas notas a vuela pluma y dibujos garabateados que os voy presentando de cuando en cuando y que hasta no hace mucho "dormitaban" en mis cajas de recuerdos...
L@s que me conocen saben de mi afición, casi "manía" de llevar Cuadernos de Viaje. Muchas funciones que antaño desempeñaba el cuaderno de viajes han quedado cubiertas con las nuevas tecnologías, pero aún hoy muchos viajeros (y creo que va en aumento) sentimos la necesidad de plasmar sobre el papel unas impresiones que ninguna cámara o artefacto electrónico digital sería capaz de retener.