Hay días en que uno se levanta con ganas de hacer fotos. Otros días no las ves o acaso tus sentidos no ven nada.
Acabo de regresar del Atlas. Hemos despedido quizás las últimas nieves de la primavera atlante.
Siempre me han llamado la atención las puertas de algunas de las casas de las villas y pueblos del Atlas.
Lalla Fatma, la enjuta, menuda, risueña y enérgica mamá de Ibrahim, me acaba de servir el desayuno; aceite de oliva, mantequilla, aceitunas negras y una humeante hogaza de pan recién sacada del horno de barro.
Ibrahim vive con su familia en la Kasbah de Tinsouline, en el valle del Draa, en el profundo sur de Marruecos. El río Draa nace en las montañas del Atlas y se dirige hacia el sur en un viaje suicida pues viene a morir en los arenales sedientos de la Hammada de Guir.