Para Truman Capote Venecia era como tragarse de golpe una caja de bombones de licor.
Hay una bella costumbre que no se debería perder y es la de llevar siempre con nosotros un Cuaderno de Viaje.
Hace pocos meses sobrevolaba los cielos de oriente camino de la India. Hacia el Este la inevitable oscuridad del cielo hacía presagiar que nos dirigíamos hacia la noche.
Hace diez años recorrí Venezuela a ras de tierra, en transportes públicos y en taxis, descubriendo maravillosos paisajes, pequeños pueblos y ciudades donde tu vida no vale nada.