Ramena apenas tiene una calle de tierra flanqueada a ambos lados por dos hileras de casuchos, un hotelillo para trotamundos y varios chamizos al lado de la playa en donde sirven cervezas frías y pescado a la brasa.
Kapuscinski, el maestro de los reporteros decía "todos han llegado de otros lares, todos son inmigrantes.
El aire volaba templado y seco cuando llegamos al pequeño aeropuerto de Dire Dawa, un villorrio polvoriento al pie de unas viejas montañas rojas y áridas.
Para Truman Capote Venecia era como tragarse de golpe una caja de bombones de licor.
Hay una bella costumbre que no se debería perder y es la de llevar siempre con nosotros un Cuaderno de Viaje.