He regresado recientemente de Georgia. Aprovechando el primer viaje organizado por ALVENTUS&AÑOSLUZ denominado Birding Georgia, con el objetivo de presenciar la migración de las aves de Europa hacia Oriente y Asia.
Si acabas de bajar de las montañas Dashen y has estado diez días caminando entre montañas, valles perdidos y aldeas fuera del tiempo de seguro que te apetece una cerveza bien fría.
En aquélla ocasión, la aduana de la República Islámica de Pakistán nos requisó nuestras pocas botellas de vino y whiskie.
"¡Piiiiiiiiii, piiiii!i", el silbato del tren, que nos alerta del comienzo de la marcha, me transporta de repente a otra época, al igual que los olores que resume la vieja estación de Viseu de Sus, olores a carbonilla, a humazos, a traviesas embadurnadas de brea, olores a muebles viejos, a humedades relictas…
Un país casi inabarcable, tan grande como Polonia, Alemania y Francia juntas.